A pesar de que fue presentada en 2008, la tecnología del USB 3.0 está llegando poco a poco a nuestros equipos. A día de hoy, casi todos los dispositivos nuevos cuentan con puertos USB 3.0. Aumenta la velocidad de su predecesor, hasta 10 veces más que el USB 2.0 anterior. Utilizándolo, podemos alcanzar velocidad de transferencia de datos de hasta 5 Gbits/s. O al menos eso es lo que dice la teoría.
En tuexperto.com hemos querido poner a prueba estos datos. Y ver qué hay de realidad en la velocidad. Para ello, nos hemos hecho con un pendrive que utiliza esta tecnología y un ordenador compatible. El dispositivo elegido es un pendrive SanDisk Extreme USB 3.0 de 64 GB de almacenamiento. Y lo hemos conectado a un portátil Acer Aspire V3-571G (por supuesto con su correspondiente puerto USB 3.0).
Cronómetro en mano, hemos medido cuánto tiempo necesitaba realmente para trasladar los archivos del pendrive al ordenador, y de éste de vuelta a la memoria. Escogemos un archivo voluminoso. De esta manera, podremos comprobar si la velocidad de transferencia se mantiene en el tiempo a lo largo de un proceso largo de copia. Para esto, seleccionamos una película en calidad HD, con un total de 4,3 GB de tamaño. Primero la transferimos del ordenador al pendrive. La película tarda un total de 52 segundos en transferirse a la unidad de memoria.
De esta manera nos damos cuenta de que la velocidad es alta, pero no alcanza las expectativas que teníamos. 4,3 GB en 52 segundos equivalen a una velocidad de transferencia de 0,66 Gbits por segundo.
Hay que tener en cuenta que la manera en la que se indican las capacidades de transferencia de datos puede llevar al equívoco. La tecnología USB 3.0 promete velocidades de trasmisión de datos de hasta 5 Gbits por segundo. Es importante diferenciar entre Gigabits y Gigabytes. Los primeros se suelen utilizar a la hora de hablar de velocidades de trasmisión y los segundos cuando hablamos de almacenamiento de datos. 8 Gigabits equivalen a un Gigabyte.
El “viaje de vuelta” del archivo al ordenador fue un poco más rápido, pero sin grandes diferencias. En esta ocasión hicieron falta 50 segundos para completar la transferencia, lo que arroja una velocidad de trasmisión de 0,69 Gigabits por segundo.
No obstante, hay que tener en cuenta que las promesas de 5 Gbit por segundo se basan en mediciones hechas en condiciones ideales. Hay gran cantidad de factores que influyen en la velocidad de transferencia. Además, estas velocidades de trasmisión de datos son superiores al máximo teórico que ofrece la tecnología USB 2.0: 480 Mbit por segundo.
La memoria que hemos utilizado merece atención aparte. La SanDisk Extreme USB 3.0 de 64 GB ofrece además de su memoria, un almacenamiento gratis de 2 GB en la nube. Además, viene con un programa de encriptado de datos para mejorar la seguridad de los archivos que en ella guardemos. 64 Gb es una de las capacidades más altas que podemos encontrar en una memoria de este tipo.
Eso sí, hay que realizar un pequeño procedimiento para aprovechar todas sus capacidades. Para manejar archivos de más de 4 GB tendremos que formatearla en formato NTFS. Es un procedimiento sencillo que se lleva a cabo desde el explorador de Windows. Sólo hay que hacer clic derecho sobre el icono del pendrive y seleccionar “formatear”. En la pantalla que nos aparece, nos dará a elegir entre varios tipos de archivos. Sólo hay que elegir el NTFS y darle a “iniciar”. El procedimiento apenas tardará unos segundos.
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